viernes, 21 de abril de 2017

Adicción por las piñas

Vivieron su viaje del frutero a la pasarela en 2014, fue entonces cuando la adicción por las piñas lo inundó todo. Bolsos, zapatos, vestidos... nada escapó de la fiebre tropical. Una moda que creíamos muerta hasta que este 2017 nos ha sorprendido con su resurrección. Las pasarelas hablan pero pocos, como Altuzarra, nos cuentan algo sobre esta locura, que encontramos, hasta enamorarnos y luego hartarnos, en todo tipo de objetos decorativos.

Y es que #LaVidaPinterest da para mucho, casi tanto como Inditex, que ha cogido gusto a las piñas y las estampa en prácticamente todas su prendas. Pero, sin duda, con los bolsos tiene una especial fijación. Estos son de Zara (c.p.v).
Aunque las camisas, los vestidos o los zapatos tampoco se libran. Me quedo con estos 2 ejemplos, 100% instagrameables desde una terraza soleada cualquiera (c.p.v.).
Pero no solo de Zara viven las piñas. Mango, H&M, Asos... nadie se libra del piña-boom. Y vosotras, ¿sois también adictas a las piñas?, ¿qué otras tendencias os van a arruinar esta temporada?

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viernes, 7 de abril de 2017

El juego de Zara, o cómo hacer que no seas cliente sino fan

No hace falta ser un gurú del marketing para saber que la mejor publicidad es la que no se paga. Inditex de esto nos puede dar un MBA avalado por las influencers de medio mundo. Sin mucho esfuerzo, prenda que se ponen en manada, prenda que se agota, medios que lo cuentan y sufridoras que la desean. Este cuento es ya todo un clásico de cada temporada, que en esta primavera-verano 2017 ha tenido varios protagonistas. Si me toca elegir, quizás me quede con Zara y las babuchas-fantasma (clon de Miu Miu) que se agotaron en 48 horas, o con el jersey-plaga que inundó, y lo sigue haciendo, esa aplicación de compra-venta que te taladra el cerebro.

Pero hay más: sudaderas de pelo de peluche, bolsos con formas de corsé... A estas alturas, Amancio seguramente sea responsable de la ansiedad consumista de sus fans. Y es que Zara no tiene clientes, tiene fans. Groupies que cada semana consultan las últimas novedades en tienda, demandan que se les avise cuando un artículo que anuncian aún no está a la venta, esperan como las locas a que un producto agotado se reponga o se tiran de los pelos si su última aspiración compril ha desaparecido para siempre. 
Porque, sí, Inditex nunca repone un artículo agotado. Lo reinventa, saca a la venta uno similar... pero nunca lo vuelve a producir. Una estrategia que demuestra lo bien que nos conoce y lo poco que le interesa nuestra salud mental. La última fiebre, conseguir algunos de los productos exclusivos que han diseñado para la apertura de la nueva tienda en la Castellana madrileña. A menos que despiertes de una hibernación de meses seguro que te has enterado. La más grande de España, meca de peregrinación para pobres bolsillos descarriados.

Y vosotras, ¿participáis de la estrategia de Inditex?, ¿habéis peregrinado para conseguir esa prenda agotadísima que “necesitáis”?

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viernes, 26 de agosto de 2016

Diccionario fashion-español (Volumen IV)

¿Todavía estás asimilando términos como ruffled hem o skort?, ¿no puedes evitar preguntarte hasta dónde va a llegar la estupidez humana cuando recuerdas palabros como slouchy pants? Error si creíste que no podía haber nada más absurdo que llamar gingham a una humilde tela de cuadros, regresa el diccionario fashion-español (Volumen IV) para demostrar que un más difícil todavía es posible.
Comenzamos esta violación al diccionario de la Real Academia Española con una vuelta a nuestra adolescencia, a esos días de instituto en los que no encontrabas nada mejor que ponerte que una hoddie, aunque tú preferías llamarla “sudadera con capucha”. Una prenda de esas de fondo de armario por la que las modas no pasan, lo contrario que por las furry sandals, tendencia absurda que consiste en pensar que unir unas sandalias de pala y pelo es buena idea. Verano de sudoración agónica e invierno con los pies congelados, aunque no pasarás tanto frío como si decides unirte al off the shoulder coat. O, lo que es lo mismo, ponerte el abrigo enseñando los hombros y con una desgana a medio camino entre la vuelta del after y la salida de casa si se te ha parado el despertador.
El off the shoulder coat, visto en la pasarela de Balenciaga, y el layered tull
A mitad de recorrido también está el mono cropped, o pesquero en exceso. Bastante más por encima de los tobillos de lo recomendable para las culonas mortales y muy por debajo de lo deseable para quedar aceptable. Algo parecido ocurre con el collar de moda de la temporada, el choker. Ya se nos pusieron los pelos de punta cuando regresó la gargantilla tattoo y esta vez el panorama no es más esperanzador. Se llevan de terciopelo, muy pegadas al cuello y junto a collares largos. Si tampoco te convence, arriésgate con una layered tulle, o falda de tul por encima de unos pantalones. Aunque no lo creas hay prendas menos ponibles, como los naked dress, vestidos semitransparentes que enseñan más que sugieren. ¿Quieres más? Ponte unos flared trousers, o pantalones de campana, y disfruta de eso que dicen: en la moda, todo vuelve. Y todo se va, recemos para ello.

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martes, 19 de julio de 2016

¿Son los influencers una especie en peligro de extinción?

Hubo un tiempo en el que las redes sociales eran un vergel de nuevos talentos, periodistas, fotógrafos y estilistas que encontraron en los comienzos del social media la mejor forma para dar a conocer sus trabajos. Unos como blogueros, hablando de tendencias o siendo ellos la tendencia en sí misma, otros como retratistas de sus novias o amigas, algunos como asesores de estilo. Las marcas, conscientes del filón que podían suponer para el aumento de sus ventas, confiaron en un modelo en el que estas incipientes celebrities actuarían como prescriptores de sus productos. Gala González, Lovely Pepa, Chiara Ferragni… decenas de chicas monas con cierto estilo fueron las pioneras en esto de hacer publicidad encubierta.
Pero lo que se pensó como un nicho de mercado del que solo unas pocas podrían vivir se convirtió en una plaga de aspirantes a influencers con más ganas que talento. En medio de este escenario, (y tras la denuncia de la Asociación de Usuarios de la Comunicación, que ha traído consigo la implantación de unas normas por parte de la Consumer Protection and Enforcement Network) nace “Quiero ser”.
Con Sara Carbonero al frente, este nuevo formato pretende ser un reality de moda en el que se buscará al nuevo influencer más prometedor. Para ello, la blogger Aída Domenech (Dulceida), Ángela Rozas (Madame de Rosa), experta en tendencias, y el diseñador de moda flamenca Cristo Báñez actuarán de coaches.
Pero, ¿qué es un influencer?, ¿alguien que atesora en su cuenta de Twitter cientos de interacciones?, ¿solo el que es capaz de influir en la opinión de su comunidad? Mucho hay de postureo y poco de moda como arte y cultura en esta forma de entender el mundo fashion, demasiado corrompido por postureos pueriles de influyentes de pega.

Y vosotras, ¿qué pensáis de los influencers?, ¿creéis que se terminarán extinguiendo?

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