No hace falta ser un gurú del marketing para saber que la mejor publicidad es la que no se paga. Inditex de esto nos puede dar un MBA avalado por las influencers de medio mundo. Sin mucho esfuerzo, prenda que se ponen en manada, prenda que se agota, medios que lo cuentan y sufridoras que la desean. Este cuento es ya todo un clásico de cada temporada, que en esta primavera-verano 2017 ha tenido varios protagonistas. Si me toca elegir, quizás me quede con Zara y las babuchas-fantasma (clon de Miu Miu) que se agotaron en 48 horas, o con el jersey-plaga que inundó, y lo sigue haciendo, esa aplicación de compra-venta que te taladra el cerebro.
Pero hay más: sudaderas de pelo de peluche, bolsos con formas de corsé... A estas alturas, Amancio seguramente sea responsable de la ansiedad consumista de sus fans. Y es que Zara no tiene clientes, tiene fans. Groupies que cada semana consultan las últimas novedades en tienda, demandan que se les avise cuando un artículo que anuncian aún no está a la venta, esperan como las locas a que un producto agotado se reponga o se tiran de los pelos si su última aspiración compril ha desaparecido para siempre.
Porque, sí, Inditex nunca repone un artículo agotado. Lo reinventa, saca a la venta uno similar... pero nunca lo vuelve a producir. Una estrategia que demuestra lo bien que nos conoce y lo poco que le interesa nuestra salud mental. La última fiebre, conseguir algunos de los productos exclusivos que han diseñado para la apertura de la nueva tienda en la Castellana madrileña. A menos que despiertes de una hibernación de meses seguro que te has enterado. La más grande de España, meca de peregrinación para pobres bolsillos descarriados.
Y vosotras, ¿participáis de la estrategia de Inditex?, ¿habéis peregrinado para conseguir esa prenda agotadísima que “necesitáis”?
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